Diario de viaje. Bilbo, 14/11/15
Este fin de semana he podido contrarrestar por momentos el miedo y el odio colectivos. He sentido la necesidad de que la lluvia fuera música, y el deseo urgente de que dos personas no dejaran de mostrarse cariño.
Este fin de semana he podido contrarrestar por momentos el miedo y el odio colectivos. He sentido la necesidad de que la lluvia fuera música, y el deseo urgente de que dos personas no dejaran de mostrarse cariño.
Wroclaw, 08/10/15. El verde de las cabezas de los patos del Odra, de las ensaladas de uvas, de las botellas de agua sin gas. El sonido de un trapo empapado en agua sucia impactando contra el suelo al caer desde un 7º piso.
Wroclaw, 08/10/15. En euskera, parece que «verdad» (egia) viene de «hacer» (egin). Tenía pendiente hablar de esto desde hace meses, cuando Jaime de los Ríos, Eneko Gil y yo caminábamos por Wroclaw discutiendo el asunto.
Wroclaw, 04/10/15
En esta ciudad los poros de mi piel se abren tanto que desde el interior de mi rostro se podrían leer mis pensamientos en Braille.
Hoy tomo prestado de la web del escritor (grande) Servando Rocha un verso de David Bowie para dar la bienvenida al otoño y a todo lo que nos espera en los próximos meses.
Entre capítulo y capítulo, disparo alguna polaroid. Buenas noches de domingo.
Desde el 2000 y durante un periodo de seis años, me hice acompañar en todas las giras por una cámara Polaroid 636. Debo tener cientos de fotos que fueron, en su día, mi forma de escribir los diarios de viaje.
El otro día, unos veinte minutos antes de comenzar el concierto en el MUSAC, le pedí a la encargada de seguridad que me dejara unos momentos en la Sala 1 del museo para poder quedarme a solas con la exposición «Self-Timer Stories».
Delante de mí viaja una familia formada por una madre y sus tres hijos. La mujer es joven, guapísima. Pide a la azafata gominolas para ellos y alarga su brazo hasta alcanzar con su mano la de su hija sentada al otro lado del pasillo.
El sábado, en The Lemon Day, con la Coronado en mis manos, pensé: «esto es por lo que todo merece la pena». No hay nada como esa sensación, como mirar a Héctor y a Rubén, al público, y sentir los acoples de la guitarra.
“Incluso desde aquí nuestra ciudad está siempre al alcance de la mano si cierras el puño cabe en el bolsillo” [Extracto del poema “W mieście” (“En la ciudad”) de Marta Eloy Cichocka].
Fantaseamos con relatos que poder contar a nuestra vuelta, ficciones posibles que sean capaces de hacer más agradable nuestras existencias y las de los que nos rodean.
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