Wroclaw, 26/06/15
Jaime de los Ríos: «En Wroclaw toda la red urbana de semáforos está diseñada por psicólogos para minimizar el estrés a los ciudadanos».
Ainara LeGardon: «¿En serio?»
Jaime de los Ríos: «No, pero me lo imagino, y sería perfectamente posible».
Así comenzamos este caluroso viernes, paseando hasta Impart, el lugar que acogerá al Festival BASK, en el que participaremos el próximo fin de semana.
Fantaseamos con relatos que poder contar a nuestra vuelta, ficciones posibles que sean capaces de hacer más agradable nuestras existencias y las de los que nos rodean. ¿Por qué no inventarnos toda una historia y crear así un lugar nuevo, y nuestro? Repertirla tantas veces, que se haga realidad. Jaime insiste en que la raíz de la palabra «verdad» en inglés (truth), viene de «confiar» (trust), y, de repente, se pone un semáforo en verde acompañado de unos ecos de txalapartas como indicación para los invidentes.
Está claro que este sistema de señales lo han diseñado para nuestro disfrute, así que me pongo a cazar el sonido de la percusión ancestral que sale del pequeño altavoz en lo alto del poste, mientras Jaime pone a funcionar su pieza «PKP» en Twitter.
Es impresionante cómo esa pequeña sonoridad lejana nos puede transportar al hogar de una manera tan directa. Todo cuadra. Al llegar a Impart cada uno de nosotros elige la localización más apropiada para mostrar su obra. Yo, acunada aún por los sonidos de la tierra y cómoda como en mi propia casa, decido montar una sala de estar en el vestíbulo principal del edificio desde la que poder cantar y contar narraciones tan reales como cada uno las sienta.
Probando cómo montar el salón de casa en el escenario. Foto de Jaime de los Ríos
Varios días antes, Eneko Gil y yo trabajamos, en el contexto de un laboratorio de movimiento y performance, bajo la premisa «fake it till you make it». Decidimos poner en práctica, pues, todo lo aprendido.
Aún nos queda media hora de paseo hasta el CeTA- Centrum Technologii Audiowizualnych (Centro Tecnológico Audiovisual). Lo que dentro de sus muros descubro, no hubiera podido imaginarlo ni en mis sueños más enrevesados y surrealistas. Sin duda todo ello merece una entrada independiente en esta bitácora.
(Continuará).