El sábado, en el escenario de The Lemon Day, con la Coronado vibrando en mis manos, tuve un pensamiento muy claro: “esto es por lo que todo merece la pena”. No hay nada como esa sensación, como mirar a Héctor y a Rubén, al público, y sentir los acoples de la guitarra. Es el empoderamiento que otorga el tener un “arma de construcción masiva” a merced de una misma, apuntando a cada puño en alto de cada amigo, a cada sonrisa de cada desconocido.
Entonces una se olvida del accidente con el taxi de camino al aeropuerto de Wroclaw, del cacheo y registro de maleta por llevar dispositivos electrónicos sospechosos, del retraso de media hora del avión hacia Munich, de la carrera en el aeropuerto de Munich para poder coger el avión hacia Barcelona, del otro retraso de 20 minutos, de la migraña de dos días.
No se puede expresar con palabras lo que supone que existan festivales como éste. Lugares de encuentro y reencuentro, citas ineludibles, pasión por la música y por las personas.
Decía el Albini hace poco: “Primavera Sound is the one that has had their shit together the best […] You can tell that they have selected the bands because they like them and not because they made some deal so they can play.” Se ve que el tío no se ha pasado por The Lemon Day para comprobar lo que es la buena mierda de verdad, la independencia, el mimo en la organización y la generosidad.
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible durante 10 años. Ha sido un honor formar parte de ello. Gracias al público que ha puesto a hervir con su calor todo este esfuerzo en estado sólido, que ha acabado evaporándose en una niebla de autenticidad de la que todos hemos respirado y que nos ha enseñado a ser mejores.
Ahora, como dijeron los Za!, a por el Mandarina Day.
“Mira, hermana, me levanto en medio de una canción porque me da la gana decirte una cosa, y de paso darte un beso. Ahora tú tranqui, que retomamos el tema enganchándolo con “Killing in the name of”, y, por supuesto, lo hacemos todo por los Crazy Horse”. (Héctor Bardisa –el alicantino supremo-, en medio de “Forget just anything” en The Lemon Day. La felicidad hecha momento.
Y para continuar con la serie de imágenes titulada “Gustera en The Lemon Day”, una instantánea de Demoliciones Martínez, bien a gusto, fantaseando con el momento de pisar uno de sus pedales y reventar el equipo de sonido. Gatito lindo.