Egunon!
Me encanta compartir con vosotros lo que para mí es, no sólo una buena noticia, sino la noticia de un gran paso en lo personal y lo artístico.
El día 3 de septiembre presentaré mi primer solo de improvisación en Teatros del Canal de Madrid, dentro del festival de artes escénicas A Solas- The Magdalena Project (Red Internacional de Mujeres en las Artes Escénicas Contemporáneas, organización fundada en 1986 por Jill Greenhalgh para dar visibilidad y promocionar el papel de las mujeres creadoras independientes): http://www.teatroscanal.com/espe…/a-solas-magdalena-project/
Espero poner en práctica todo lo que me han transmitido mis maestros improvisadores. Estas líneas son mi agradecimiento personal a uno de los que más me ha marcado: Wade Matthews, quien me ha enseñado que hacer un solo así no es cuestión de actuar, sino de SER; que hay que reconocer que la estrella es la música y no el músico, y obrar con generosidad y ética.
Dejaré la guitarra en casa, me pondré las medias de red y cogeré todos los micrófonos que tenga a mano para SER con mi voz y el sonido cavernoso de mi cuerpo cuando tiene el estómago vacío.
Gracias por hacerme entender que no estoy aquí para tocar, sino para hacer música.
Gracias por enseñarme que la escucha es el acto más voluntarioso, solidario e inteligente del improvisador. Que escuchar es más que oír; es elegir.
“Cuando el grupo y su música se mueven como un banco de peces, como una bandada de golondrinas, todos juntos en la misma dirección y en el mismo instante… eso es la escucha. Cuando el grupo y su música se mueven como los fuegos de artificio, todos a la vez y en direcciones distintas, llenando el espacio de colores y ruidos, eso es la escucha. Cuando ya no canta ninguno, eso es la escucha”.
Gracias por hacerme desear esculpir el silencio.
Gracias por hacer que considere mi instrumento como un conjunto de posibilidades. Por enseñarme que el instrumento no sólo sirve para comunicar las ideas, sino también para pensarlas.
“En el momento de proponer el instrumento como herramienta de pensamiento, emerge lo imprevisto, no como una sorpresa sonora, sino como una idea que entra en la cabeza y sale por el instrumento sin que sepamos muy bien de dónde ha venido”.
Gracias por ayudarme a asumir el riesgo de tocar más allá de las fronteras de lo cómodo y atreverme a entrar en situaciones imprevisibles. Por darme la fuerza para tomar decisiones que me han empujado hacia áreas que no había imaginado antes, convirtiendo –como diría John Butcher- un concierto correcto en un concierto especial.
Gracias por hacerme huir de la dependencia y la pereza.
Gracias por plantear en mí la pregunta de si hay algún valor intrínseco en llegar a más gente y cuál sería su coste.
Gracias por confirmarme que el error existe o no según lo que se hace con él.
“La música iba muy bien antes de que nosotros naciéramos e irá realmente bien cuando nos hayamos ido”.
[Notas: citas e ideas extraídas del libro “Improvisando. La libre creación musical” de Wade Matthews. Foto de Esther Cidoncha]