Gaztelugatxe, 06/02/16
Han anochecido los rombos de la piedra.
Un barco se mece
entre el Faro de Matxitxako
y la plataforma petrolífera
con nombre de ave marina.
Pronto no se verá nada
salvo sus trémulos destellos
y el mágico haz de luz
emanando cada seis segundos de la montaña.