“Quizá más que música, lo suyo, sea una evocación. Una invitación a cerrar los ojos y deconstruir la canción. La parte estridente agolpada en tu caja de gritos que no diste. La suavidad en la caricia cruda de tu tímpano. El bucle en la parte de vida que retrasa tu sueño. La atmósfera en tu concepto olvidado de silencio, de relax, de distracción. De experimentación compartida entre la que toca y el que escucha. […] Una vida sin música es triste. Una existencia sin sensaciones parecidas a las que yo tuve el domingo: NO TIENE SENTIDO”.
Podéis leer la crónica completa en Alicante Live Music.