Con motivo de la publicación de «Ignora» (firmada junto al artista sonoro Ignacio Córdoba) y de mi próximo concierto en solitario en el Museo Oiasso de Irun, Aizpea Amas me entrevista para Oarso Bidasoko Hitza.
Podéis acceder al contenido completo en euskera aquí: /https://bidasoa.hitza.eus/2022/04/22/elkarrizketa-geroz-eta-gehiago-ari-naiz-arriskatzen-soka-tenkatzen/
Os dejo a continuación la versión en castellano:
– El próximo 29 de Abril ofrecerás un concierto en Oiasso Museoa. Servirá para sacarte la espinita después la cancelación del anterior concierto, en Diciembre?
Me dio muchísima pena tener que cancelar aquella fecha, pero el protocolo sanitario vigente en aquel momento nos obligó a hacerlo. Hasta ahora no habíamos encontrado el momento idóneo en las agendas para poder cerrar una nueva fecha, pero por fin el día 29 nos sacaremos la espinita, como bien dices.
– ¿Cuál fue tu último concierto en Irun? ¿El actuar en casa lo vives de otra manera?
El último concierto en Irun fue también en el Museo Oiasso, pero con una propuesta diferente: me acompañaba en el escenario Xabier Erkizia, y entonces presentamos “Res-cue. The archive in the mouth”, un disco-libro que tuvo la mala suerte de publicarse en marzo de 2020 y ver cómo la mayor parte de las fechas de presentación se cancelaban debido a la pandemia. En Irun pudimos retomar el proyecto varios meses después, y presentarlo para poco más de 30 personas. Tocar en Irun siempre me hace sentir muy arropada.
– ¿Qué ofrecerás en este concierto?
Tras las distintas presentaciones de «Res-cue», y habiendo agotado ya la edición, en los últimos meses vengo ofreciendo en directo la evolución natural de aquel trabajo de reflexión y reinterpretación. Se trata de una plasmación escénica de mis procesos de creación, retorcimiento y destrucción en forma de nuevas canciones y poemas sonoros. Todos están atravesados por un mismo hilo conductor: un canto a la fragilidad como elemento de resistencia y adaptación.
Aprovecharé las condiciones de la sala para recrear un formato muy íntimo, casi como si invitara al público a mi propia casa. Algunos de los últimos conciertos los he dado en teatros (Victoria Eugenia) y auditorios (Azkuna Zentroa, Kaiola Festibala), donde el escenario es enorme y hay cierta distancia entre artista y público. En Irun mi intención es romper esa barrera, creando un ambiente de cercanía tanto a través de la propia música como con el sonido e iluminación, huyendo de lo “espectacular”.
– Precisamente en Diciembre se cumplieron 30 años desde tu primer concierto. Echando la mirada atrás, ¿cómo valoras tu trayectoria?
Me siento muy afortunada de poder haber labrado esa trayectoria a mi manera, sin prisas y con pequeñas metas cumplidas que se han ido sumando, como hitos en un camino al que aún le queda mucho recorrido, o eso espero, al menos. Al echar la vista atrás, si bien ha habido momentos difíciles y frustrantes (sobre todo en los años 90), veo un aprendizaje que nunca cesa y eso me da ganas de seguir avanzando y poniendo señales en el camino.
– ¿En qué momento musical te encuentras ahora?
En un momento pausado y tranquilo, sin grandes necesidades salvo la de seguir aprendiendo y, de vez en cuando, sorprenderme. Creo que estoy donde algún día pude desear estar, y eso es muy bonito.
Me siento cada vez más alejada de los dictados de la industria musical, de la tiranía de lo visual y de la inmediatez que impregna cada ángulo de nuestras vidas. Esto me lleva a tomar decisiones conscientes cada día, sobre todo en lo referente a la forma en la que yo entiendo que mi música debe ser puesta en el mundo, a la forma en la que escucho y disfruto no solo la música sino cualquier forma artística, y, por tanto, decisiones sobre qué estoy dispuesta a hacer y qué no. Cada vez arriesgo más en ese sentido, “tensando la cuerda” muy conscientemente, y cada día logrando tener un poco menos de miedo a que se rompa.
– Una de tus señas de identidad es el rock. ¿Diríamos que es tu lenguaje, tu idioma musical?
La verdad es que a día de hoy yo no diría eso. El último disco que saqué que podría enmarcarse dentro de esa etiqueta es de 2017, y el último concierto presentándolo, con la banda formada por Héctor Bardisa a la batería y Rubén Martínez al bajo, fue en octubre de 2019. Si lo pienso, no pudo haber mejor final de etapa que aquel concierto, en el AMFest (festival de post-rock y géneros aledaños que organiza Aloud Music en Barcelona). La pandemia nos pasó por encima también en ese sentido, impidiendo que nos juntáramos para seguir grabando y tocando en directo. Héctor vive en Alicante y Rubén en Vilanova i la Geltrú, por lo que os podéis imaginar las dificultades para gestionar nuestra banda.
– Otra de tus señas de identidad el la experimentación, el laboratorio musical. ¿Qué te ofrece la experimentación?
Me ofrece la oportunidad de encontrar cosas. Como dije antes, de sorprenderme, que es algo que me hace sentir viva musicalmente hablando. Cuando una se deja llevar y prueba sin complejos, sin ataduras, también es posible que encuentre algo que no se revelaría o no afloraría en otros contextos en los que la experimentación no tiene cabida.
– Tu último trabajo en solitario Rescue. The Archive in the Mouth fue editado en el 2020 en casete. ¿Por qué elegiste este formato?
El formato es el de caja con doble casete, descarga digital y libro. Todo el proyecto surge como una labor de “arqueofonía” tras encontrar en mi propio archivo casi 100 casetes con ideas musicales grabadas desde los años 90 hasta prácticamente el 2010. Me cuestioné por qué algunas de aquellas ideas (unas muy poco desarrolladas, pero otras ya conformadas en canciones) no las había mostrado nunca a nadie. Hice, junto a Xabier Erkizia, una labor de relectura de todo aquello que consideramos podría ser contado a día de hoy. Por tanto, el formato de las cintas era básico para articular el proyecto. De hecho, el libro toma la forma de uno de mis cuadernos de trabajo, con facsímiles de mis propias agendas, de manera que existe una coherencia entre continente y contenido.
– Estás trabajando en la edición del octavo disco. ¿Nos puedes adelantar algo?
En esta ocasión también mantengo la querencia por los formatos no convencionales. En realidad no es un disco, sino una publicación híbrida, firmada a medias con el artista sonoro Ignacio Córdoba. Se titula “Ignora”, y contiene un libro físico en edición muy especial y limitada de 250 unidades, con acceso a descarga de disco, documental y materiales extra. Entre los artistas colaboradores se encuentran Hannot Mintegia, Michael Pisaro-Liu y Andrés Rosa.
Las piezas sonoras fueron creadas y grabadas durante una residencia artística en Tabakalera y en Kaxilda(Donostia) en enero de 2019, y la publicación ha sido realizada con ayuda del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco.
– Parece que la pandemia remite y eso os permitirá a los artistas volver a los directos, entre otras cosas. ¿Estáis recuperando la vida/agenda de antes de la pandemia?
Sí, se está recuperando. Personalmente, durante los meses de mayores restricciones, no llegué a realizar ningún concierto exclusivamente en streaming, puesto que entendí que mi propuesta no debía presentarse por ese cauce. Sin embargo, sí que tuve mucho trabajo formativo on-line, pero, sinceramente, agradezco mucho la vuelta a la presencialidad en los talleres y cursos que imparto. Pienso que es importante vernos, escucharnos en directo, interactuar con piel, sudor y, si se puede, risas compartidas en vivo.
– ¿Cómo has vivido la pandemia artísticamente y cómo te ha afectado eso personalmente?
Los 7 u 8 primeros meses de pandemia estuve absolutamente bloqueada. No fui capaz de coger un instrumento ni cantar una sola nota. En septiembre de 2020 me concedieron el premio “Connexio” por una propuesta de intervención sonora en una iglesia de una aldea de Lugo, y eso me obligó a retomar la actividad artística. Desarrollé el proyecto “Conexión, modulación” a finales de ese mes y, musicalmente, recobré el ritmo poco a poco.
En lo personal he vivido un gran cambio de costumbres: he pasado de viajar prácticamente cada semana para dar un concierto, taller u otra actividad (hasta niveles que eran agotadores), a tener miedo de relacionarme por si me contagiaba y se me caía otro concierto. Ahora he empezado de nuevo a viajar y a volver a disfrutar de las relaciones presenciales en el trabajo.
Sin embargo, no tengo intención de volver al ritmo frenético de los años anteriores a 2020, sobre todo en lo que a desplazamientos se refiere.
– Estás compaginando conciertos con conferencias sobre la propiedad intelectual incluso has publicado un libro. ¿Cómo te metiste en este mundillo?
Por pura necesidad como autora e intérprete. En los años 90 firmé contratos de los que me arrepentí, y no firmé otros que debería haber firmado. Perdí el control de mis decisiones artísticas por desconocer la “letra pequeña” de aquellos acuerdos. Nadie de dentro de la industria te explicaba nada, solo te invitaban a firmar “lo que todo el mundo” firmaba. En 1997 tuve un conflicto con una gran productora audiovisual por una banda sonora en la que participé sin acordar nada por escrito, y fue a partir de entonces cuando decidí estudiar propiedad intelectual y tomar las riendas sobre mis decisiones como autora. Poco después, en 2003, creé mi propia discográfica para poder mantener el control también sobre mis grabaciones. A partir de entonces la gente fue solicitándome asesoramiento, en mayor o menor medida, y fue así como llegué a estructurar primero los talleres de autogestión musical, y después todos los demás que imparto a día de hoy.
Si algo me trajo aquel bloqueo artístico que sufrí en primavera y verano de 2020, fue el tiempo para poder poner en marcha una plataforma de asesoría para proyectos creativos, LeGardon.net, y comenzar un podcast sobre propiedad intelectual que pronto va a cumplir dos años y 70 programas ya.
– También ofreces asesoría a artistas en Irun a través del servicio “Artsesoría”. ¿Qué servicio se ofrece? ¿Y cuáles son las dudas o las consultas más frecuentes?
Es un servicio que llevo ofreciendo desde 2015, y se ha ido ampliando en función de la creciente demanda. La gente puede enviarme sus cuestiones a través de https://legardon.net/contacto/ y solicitar una consulta si tienen dudas o dificultades en materia de propiedad intelectual y en cualquier asunto de índole artística en el que mi experiencia pueda servir de ayuda. Pienso que algo fundamental para que la comunidad creativa pueda tomar decisiones conscientes y responsables respecto a la gestión de sus obras, es dotar a artistas y personas creadoras de la formación necesaria para desarrollar sus competencias de forma más eficiente, y eso es lo que hacemos en estas sesiones.
– Conocerás de primera mano a los artista jóvenes de la ciudad. ¿Habrá futuros artistas en Irun?
¡Claro que sí! Hubo pasados/as, hay presentes y habrá futuros/as, sin ninguna duda. Además, en muchos ámbitos creativos que habitualmente se entrecruzan, lo cual es muy enriquecedor.
– ¿Aparte del disco estás trabajando en algún otro proyecto?
Siempre suelo estar trabajando en más de un proyecto a la vez, pero a veces, ya que no me apetece contarlo a través de redes sociales por la sobreexposición que supone, parece que no estoy haciendo mucho. Voy a tratar de resumir en lo que estoy metida ahora mismo:
Recientemente estuve presentando “Unisonoa” (pieza escénica junto a Ixiar Roxas y Rafael Matínez del Pozo) en el Festival Loraldia. Acaba de estrenarse el cortometraje “Hondarrak” (Al Borde Films), al que pongo banda sonora original. Por otro lado, también se acaba de estrenar la pieza escénica de Naiel Ibarrola “La Cazadora de Mitos” (que se ha podido ver en el Teatro Arriaga y en Kultur Leioa). En esta pieza participo creando la voz de un personaje maligno, lo cual ha supuesto uno de los trabajos vocales más enriquecedores de mi carrera.
A principios de mayo presentaremos la publicación “Ignora”, y el documental que forma parte de ella se podrá ver en la sección oficial del festival Dock of the Bay de cine documental musical de Donostia. También ofreceré un concierto el 7 de mayo en el marco del “Dock live!”, en la sala Kutxa Kultur Kluba de Tabakalera.
En junio finalizaré un proyecto que tiene que ver con la recuperación de patrimonio sonoro inmaterial de pueblos abandonados de La Rioja, y del que de momento no puedo dar más datos.
Todo esto, además de los talleres y sesiones de asesoría habituales, y de la producción de un podcastquincenal.
Como veis, afortunadamente, no me aburro.