Egunon!
Estos días leo «Madrid Tucson» de Miriam Checa, una vasca que, como yo, pasó en Madrid varios años y relata en esta novela su relación con la ciudad.
«En Madrid hacen falta muchas noches sin dormir, un par de veranos abrasadores, otro par de inviernos polares y al menos un corazón hecho pedazos en cualquiera de sus esquinas. Si en ese momento no sales corriendo ya estás preparado para hacerte con un hueco en este lugar». Yo pasé muchos más de dos veranos, y al final salí corriendo. Pero desde el domingo algo me ha reconciliado con Madrid. Enhorabuena a los que os quedasteis allí. Me alegro mucho por vosotros y ahora os siento un poco más cerca.
Reconozco en las palabras de Miriam muchos de los pensamientos y sensaciones que alguna vez he experimentado. Hoy rescato uno de ellos, el que tiene la protagonista cuando escucha los sonidos de un bar mezclándose con una canción que sale de la jukebox, provocando una versión diferente de ésta:
«Me gustaría llevar una grabadora encima para registrarlo. No sé muy bien qué haría después con estos sonidos, nunca he sabido si los sucesos inesperados sólo hay que disfrutarlos».
Ayer se anunció la resolución de la convocatoria de residencias artísticas en Polonia que convoca Donostia 2016. En junio me iré a Wroclaw con varias grabadoras y con ganas de disfrutar de sucesos inesperados, para plasmarlos después en una pieza que arrancará en una antigua estación de tranvía.
El viaje continúa. Que paséis un feliz día.
Imagen de la noticia del periódico Deia.