Ya sabía yo que la bolsa de papel que cogí el otro día en el avión hacia Málaga me iba a ser útil. «Respira, ya se pasa». Si lo repito varias veces es posible que se haga realidad.
El tempo de dos de los temas es largo, de 50 negras por minuto. Según las tablas médicas, un pulso muy por debajo de la frecuencia cardiaca de una mujer sana de mi edad en estado de reposo. Voy a ver si consigo llegar a él de forma natural. (Hay que tener en cuenta que no soy una mujer sana, y yo diría que ni siquiera soy de mi edad).
Visualizo la bolsa de papel y me imagino respirando en ella.
Llegó la hora. En menos de una semana grabamos el nuevo disco, en directo pero sin haber ensayado los tres juntos: Rubén «Demoliciones» Martínez al bajo, Héctor Bardisa «El Alicantino Supremo» a la batería, y yo misma a la guitarra y voces. Paco «P.A. Commanding Officer» Jiménez se está encargando de la producción, (desde hace ya varios años, de hecho). Nunca había dedicado tanto tiempo a la cocción de unas canciones y tan poco tiempo a su ensayo. Premeditada FRESCURA. Apunta mi amigo Gotxi «supongo que también habréis invitado a la party a su prima CRUDEZA, a la encantadora Miss URGENCIA, a la tímida doña DELICADEZA y a otras tantas meretrices de sugerentes talentos». Pues claro, hombre. Ellas traen la tarta.
Respiro.
Respira, ya se pasa. Por Ainara LeGardon.