Ayer se cumplieron 19 años de mi primer concierto en solitario [*], teloneando a The Walkabouts en Heidelberg (Alemania). En esta imagen aparece fotografiándome John Parker, el mismo que da título a la canción “Ballad of John Parker” de Willard Grant Conspiracy, que no me cansaba de escuchar en aquella época. No recuerdo quién disparó la foto.
Varias semanas antes, Chris Eckman me dijo “coge tu guitarra, un afinador, un juego de cuerdas, y preséntate en Karlstorbahnhof el día 11 de febrero”.
Tuve un poco de miedo, al principio. Se me pasó enseguida.
“Te voy a decir lo que es la libertad para mí: es no tener miedo”, decía la gran Nina Simone, que convertía esta célebre frase en toda una declaración de principios.
Eduard Punset describía la belleza como la ausencia de dolor y la felicidad como la ausencia de miedo. Son ideas que me he repetido infinidad de veces desde que se las escuché decir y las leí desarrolladas en sus libros, hace más de una década.
Hoy le doy vueltas a la conexión entre las tres: qué cerca están libertad, felicidad y belleza. Qué lejos del dolor y del miedo.
Preparando la charla sobre las mujeres en la música que ofreceré dentro de unos días, pienso que crear desde la libertad y en ausencia de miedo produce belleza. Belleza en las propias obras y en las personas que tienen la suerte de crearlas desde ese estado.
Brindo por ello, y deseo que, cada vez más, nos quedemos en ese estado creativo y vivencial hasta que ya no podamos concebir hacerlo de otra manera.
PD: Thank you, Chris, for the opportunity. I will never forget your generosity.
[*] Si obviamos un breve periodo de tiempo allá por 1993, entre el dúo con el que me estrené en una sala de conciertos en 1991 y Onion entre 1994 y 2002.