El titular de la (mi) noticia de esta semana es que he sido premiada en la 1ª edición del Certamen “Connexio, espacios para la reflexión”. El jurado ha seleccionado seis intervenciones artísticas, de entre 220 propuestas, que se desarrollarán en iglesias de la zona rural de Lugo situadas a pie del Camino Primitivo en septiembre. «De entre las muchas propuestas recibidas vinculadas a la música experimental, la de Ainara LeGardon se adecúa de una manera clara a las premisas de este premio. Su bagaje como compositora e intérprete refuerzan la elección», según el jurado.
Mi intervención se titula «Conexión, modulación», y será una pieza sonora y escénica concebida expresamente para la Iglesia de San Pedro de Abaixo en Mera (Lugo), que se desarrollará a finales de septiembre.
Además de esta buenísima noticia me apetece contaros otra cosa: hace dos noches soñé que volvía a cantar en público. Me vi a mí misma encorvando el cuerpo, gritando a través de un micrófono conectado a varios viejos pedales DD3. Los activaba mediante golpes con los puños, con tal ímpetu que rompí uno de ellos, y, en el propio sueño, me pregunté cómo era posible cargarse un pedal Boss, si no los parte ni un tanque.
Creo que he hecho bien esperando en silencio todos estos meses a que me visitara la necesidad de hacer música, para hacerla como esta merece ser hecha. He llegado a tener miedo y me he cuestionado si el deseo no se habría esfumado para siempre. Pero no. Aquí estaba, descansando. El deseo descansaba. Ya se está despertando. Voy a hablar con él y le voy a preguntar qué es lo que ha aprendido en este más de medio año de hibernación, porque yo también quiero haber aprendido algo de todo esto. Nos vemos, si todo va bien, en cuestión de un mes.
PD: La foto es de Rafa Rodrigo.